Hoy jueves era un día marcado en el calendario. La Vuelta llegaba a Peña Cabarga con los 4 gallos de la general con muchas ganas (Nibali, Horner, Valverde y "Purito").
La jornada comienza con la ascensión a pie a la cima del puerto. Dejamos el coche en Santiago de Cudeyo, dónde a mediodía ya se nota el ambientazo que será dentro de unas horas y subimos por uno de los múltiples senderos donde no para el tránsito de público y llegamos a la meta para ver el despliegue que se monta para lo que se vivirá.
Comemos con unas vistas preciosas a la bahía de Santander y cogemos sitio en un punto muy estratégico, subidos a una pequeña loma a 2 metros del asfalto para tener una buena vista del último rampón de la subida.
Tras una espera de dos horas viendo y escuchando los pormenores de la carrera y pasándolo en grande con la caravana de bikers aficionados y no tan aficionados que no paran de subir (alguno muy pintoresco) llegamos al momento cumbre. Pasa el ganador de la etapa Kyrienka con una cara de dolor y sufrimiento indescriptible, seguido de algún superviviente de la escapada (Sorensen y su estilo retorcido es un poema). Tras ellos aparece de repente y volando el protagonista sin duda: Horner, que incluso dedica una sonrisa a la muchedumbre que se abre paso. Nibali llega con síntoma de sufrimiento, mientras Valverde y Purito llegan detrás con mucha fuerza y podemos ver como lo superan en la última curva. Tras ellos ya va llegando el resto de corredores en grupitos más pequeños.
Gran día con un gran ambiente y un tiempo de lujo que hizo las delicias de todos. Ahora emoción hasta el final en las montañas asturianas
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