Hemos llegado hasta el galacho de Juslibol, por un camino junto al Ebro que accedé a él por un soto muy interesante. Sin embargo hemos tenido muchos problemas (niebla agarrada al río, muchísima humedad y frío extremo). A la llegada al puente de Alfocea, no nos hemos visto con fuerzas y hemos vuelto a Zaragoza por la orilla opuesta del Ebro.
Solamente decir que el camino de vuelta ha sido lo más parecido a pedalear por el infierno. Creo que ni Kuko ni yo lo hemos pasado tan mal sobre la bici como este día y mira que nos hemos pegado palizas más largas y empinadas. La niebla húmeda nos ha machacado los pies a base de bien.
No dejo datos de la ruta porque serían algo tristes, pero sí alguna foto:
El Ebro sumido en la niebla
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