¡Hello bloggers! A los mandos Giorgio informando de nuestra
aventura pirenaica. Este pasado fin de semana 6 intrépidos desafiamos al parte
metereológico y decidimos acometer el
reto de subir un 3000, que para algunos era nuestro primer pico de tal altura.
El grupo está formado por Carlos y Alfonso, nuestros
expertos montañeros y alpinistas, María, Esteffie, Jonás y un servidor.
Como queremos aprovechar bien el día quedamos el sábado por
la mañana a las 7, aunque la mañana comienza con sorpresa puesto que Alfonso y
yo nos hemos quedado “sopas”, así que tenemos que cambiar el planning y salimos
sobre las 8 ya desayunados y con los depósitos llenos.
En torno a las 10:30 llegamos a nuestro primer destino, entre
Tramacastilla de Tena y Sandiniés. Allí aparcamos los vehículos y el grupo se
divide entre los que quieren escalar y los que quieren correr. Carlos,
Esteffie, María y yo elegimos escalar y nos disponemos a recibir una clase de
iniciación a la escalada. Nos ponemos los arneses y nos calzamos los pies de
gato y acometemos tres vías diferentes con distintos grados de dificultad. Cada
uno solventa las vías con más o menos pericia. Mientras, Jonás (que había hecho
una vía de escalada) y Alfonso deciden disfrutar corriendo por el campo.
Sobre las 14:00 del medio día nos juntamos de nuevo todo el
grupo, Alfonso y Jonás nos cuentan que han corrido 12km con 1200m de desnivel ¡Qué
máquinas! Luego de comer y reponer fuerzas nos montamos en los vehículos y ponemos rumbo a nuestra siguiente parada.
Pasamos Sallent de Gállego y aparcamos los coches en el
embalse de La Sarra (1.420m), allí nos calzamos las botas de montaña y cargamos
las mochilas, bastones, piolets y demás. Comienza la ruta. Alfonso nos indica
que ya no queda nada.
Llegamos al fondo del embalse y cruzamos el río Aguas
Limpias por el Puente de las Faxas y ya tomamos el camino del GR-11 muy bien
señalizado por franjas rojas y blancas. Cruzamos varios barrancos como los de
Bozitero, Ministirio, Balsaroleta y Garmo Negro hasta alcanzar una zona con
grandes cortados y estrechos llamada el Paso del Onso (1.680m). También se
cruzan varios riachuelos y cascadas tipo “cola
de caballo” que junto con el tapiz de hoja de haya típico del otoño hacen
de esta ruta un paseo espectacular. Jonás
paga los excesos de la mañana y sufre un poco en la subida, ufffffffffffff
jeje.
El tiempo arrecia y comienza a caer agua-nieve ya más intensa y Carlos,
con buen criterio, nos indica que apretemos el paso para llegar cuanto antes al
refugio. Apretamos el paso y chino chano, bordeando la Presa de Respomuso,
llegamos al Refugio de Respomuso (2.208m),
donde nos espera una buena cerveza (o té para los más sanos jeje) y cena
caliente. Nos echamos prontico a dormir ya que mañana nos espera una jornada
exigente.
Al día siguiente, nos despertamos de buena mañana,
desayunamos y a eso de las 8:00 ponemos rumbo a nuestro objetivo principal,
ahora sí, el Frondiellas con sus 3.071m de altura. Dejamos el equipaje que no
vamos a necesitar en las taquillas del refugio y cargamos tres mochilas con
algo de ropa de recambio por si nos mojamos mucho, agua, comida, crampones y
piolets.
Carlos, Alfonso y yo nos echamos las mochilas y ya todo el
grupo al completo comenzamos la ascensión. Alfonso nos indica que ya no queda nada. Salimos del refugio y
cogemos el desvío que nos llevará hasta la cima. Hay que estar atentos a los
mojones e indicaciones del camino puesto que en un momento se puede elegir
entre subir el Frondiellas o el Balaitús.
Jonás, que se había recuperado perfectamente, y yo acordamos
turnarnos para llevar la mochila. El camino comienza con una fuerte subida
entre piedra y roca, que da paso a una loma cubierta por la nieve, que no nos
abandonará hasta la cima.
La ruta continúa por tramos zigzagueantes de nieve y aquí es
donde Alfonso comienza la currada del
día abriendo huella para todos nosotros, aunque nos tranquiliza porque ya no queda nada. Paso a paso y con no
pocos esfuerzos vamos ganando metros en nuestra ascensión. Hacemos una pequeña
parada para comer, hidratarnos y colocarnos los crampones puesto que Alfonso y
Carlos valoran que a partir de este punto serán necesarios.
Ya con un bastón en una mano y el piolet en la otra vamos trepando y ya podemos avistar nuestro
último escollo, la canal que nos conduce hasta la cima. Aquí parece que
empiezan a flaquear las fuerzas y el
tiempo tampoco ayuda, estaba nevando, pero gracias a los ánimos y consejos de
Carlos y Alfonso (ya no queda nada)
recuperamos fuerzas y energías y atacamos
el tramo final, con fuerte pendiente
y muy exigente. Destacar también a Jonás que lleva cargando la mochila desde
hace un buen rato y no ha querido ceder el testigo, haciendo gala de un estado
físico excepcional ¡Gracias! J
Ya en la cima nos felicitamos por el éxito conseguido y sin
perder más tiempo comenzamos el descenso. Debido a la fuerte pendiente este
primer tramo lo tenemos que hacer mirando a la montaña, de espaldas a la
pendiente, y es ahora Carlos el que nos va abriendo huella para que la bajada
sea totalmente segura.
Y poco a poco llegamos al refugio donde después de reponer
fuerzas, cambiarnos de ropa y entrar en calor con unos buenos caldos calientes,
emprendemos el descenso hasta La Sarra donde nos esperan los vehículos.
Enhorabuena a todo el equipo porque nos hemos portado como
auténticos TITANES!! Y hemos conseguido el objetivo de subir, para algunos,
nuestro primer 3000. El grupo se ha mantenido unido y el buen ambiente ha sido
un factor clave.
Desde aquí dar las gracias nuevamente a Carlos y Alfonso
pues nos han llevado en volandas hasta la cima con sus consejos, su experiencia
y dándonos ánimos cuando las fuerzas
flaqueaban… y ya sabéis que …. Ya no
queda nada! Jajaja
¿Cuál será nuestra próxima aventura?
¡Hasta la próxima aventureros!
Besos y abrazos, Giorgio informando.