martes, 5 de junio de 2012

GR 99 Etapa 8 Puente Arenas - Trespaderne

BREVE DESCRIPCION

Esta es la etapa mas larga y dura de las 5. Completa son 29 km y 450 metros de desnivel, pero tomamos un atajo y se quedaron en 24 km. Se atraviesa todo el valle de Valdivielso hasta el bonito pueblo montañés de Hoz de Valdivielso (nos perdimos la visita al embalse de Cereceda y los cuchillos de Panizares) y tras una primera y dura subida se alcanza la cascada de Tartalés de los Montes y el mismo pueblo. Una pista forestal cruza la sierra de la Tesla siempre en ascenso para luego bajar a Tartalés de Cilla ya en el espacio natural de los montes Obarenes San Zadornil, hasta desembocar en el desfiladero de la Horadada y Trespaderne.

CRONICA

Amanece otro día mas, hoy nos levantamos pronto el día sera largo. Hay 24 km por delante y la mitad de ellos por montaña. A estas horas todavía hay silencio en el pueblo de Puente Arenas, que abandonamos ya tras dejar la casa Tejada y dar un ultimo vistazo a su puente medieval. Un pueblo muy curioso este, ya que a pesar de ser tan pequeño, tiene un paseo ribereño muy bonito, mucha animación en las calles y la gente nos ha acogido muy bien. A  menos de 1 km del pueblo y tras una pequeña subida alcanzamos el templo románico de San Pedro de Tejada, el monumento mas importante del valle, pero no el único.
Volvemos de nuevo al encuentro del Ebro por un sendero herboso con restos aún de rocío matutino y es que al sol aún le cuesta salir. El camino ahora sigue pegado al río hasta llegar a Población de Valdivielso siempre con las vistas de la sierra de la Mazorra al sur y las gargantas y peñas de la Tesla al norte. Llegamos a una explanada en Población de Valdivielso, con la idea de desayunar en un área de descanso y encontramos una de las situaciones mas surrealistas del camino. El ejército ha acampado en la explanada y en medio del camino!!! Tenemos que pasar un control responder que hacemos por ahí y un soldadito nos "escolta" rifle en mano al área de descanso. Pasamos por delante de tiendas grandes (de los oficiales supongo) y pequeñitas de los soldados algunos montando guardia otros legañosos que se acaban de levantar. Así que ahí estamos desayunando al lado de un campamento militar...lo dicho surrealista. Tras desayunar abandonamos el campamento y seguimos el camino hacia el puente de las Ventillas por un sendero elevado junto al Ebro y seguimos por un camino mas ancho junto a la ribera, muy bonita por aquí por cierto. Llegamos a un punto en el que el camino se separa y asciende por una ladera para tener vistas de los pequeños pueblos del valle, al norte Arroyo de Valdivielso y Valhermoso y al sur Condado un poco más grande con su espléndida muralla al norte a mitad de ladera de la sierra. Alcanzamos el puente Nuevo, en el que el camino seguiría rumbo este hacia el pequeño embalse de Cereceda para luego subir a Panizares y ver sus espectaculares formaciones de los cuchillos, en dónde es fácil ver la niebla agarrada a la roca. Aquí es dónde optamos por atajar por el norte para en poco más de 1 km llegar a Hoz de Valdivielso pasando por la antigua ermita de San Roque. Sé que nos perdemos algo digno de ver, pero la jornada se puede hacer muy larga y pesada, ya que aún nos queda una dura travesía montañera.
Hoz de Valdivielso es el último pueblo del valle de Valdivielso que se visita. Se situa al pie de una enorme garganta que corta la sierra de Tesla, por el que desciende el arroyo de Tartalés. Merece deambular por sus calles y casas de piedra. Se sale del pueblo dirección norte, remontando el arroyo por un estrecho sendero que desemboca en la pista principal que asciende la garganta. Aquí abandonamos el río Ebro que no veremos ya hasta el final de la etapa. Las vista durante la ascensión son muy bonitas y se pueden ver curiosas formaciones rocosas, llamando la atención ya el túnel de entrada a Tártales de los montes desde abajo. La subida es corta pero intensa, sobre todo porque es por asfalto y aprieta el calor ya a estas horas. Al final alcanzamos el mirador de la cascada de Tartalés que se precipita al vacío muy cerca del túnel de entrada al pueblo. Es una de las vistas más impresionantes del camino, merece la pena parar aquí un rato. Tras pasar el túnel descansamos un poco en Tartalés de los montes, poblado montañés muy pequeño con muchos pastos verdes y ganado. Seguimos rumbo este por una pista forestal que sigue por la ladera de la sierra de la Tesla y siempre subiendo por el barranco de Borcos. Por el camino nos pasa algún todoterreno del ejército, que no sabemos que harán por ahí. Tras cerca de hora y media subiendo siempre de forma muy tendida, alcanzamos el collado de la muñeca a 937 metros de altura, desde dónde se tiene una buena panorámica de la sierra y la divisoria de los municipios de Tartalés de los Montes y de Cilla, aparte de ser la puerta de entrada al espacio natural de los montes Obarenes - San Zadornil. Descansamos aquí otro poco, aprovechando una zona de sombra en un prado verde e iniciamos el descenso por otra pista, por un denso bosque de pinos y otras muchas especies de árboles y bastante fauna silvestre. La verdad es que es un camino muy ameno ya que las vistas son espectaculares, enormes murallas rocosas nos rodean con buitres y águilas apostados en ellas. Después de alrededor de una hora de descenso por el bosque, vemos una enorme pared rocosa en frente. Se trata de el desfiladero de la Horadada, por el que se encaja el Ebro, pronto volveremos a verlo, pero primero tenemos bajo nosotros al otro lado del desfiladero Tartáles de Cilla, otro bello pueblo montañés, en un entorno privilegiado en plenos montes Obarenes y con unas casas de arquitectura muy interesante. Salimos por un estrecho sendero en busca del fondo del desfiladero, dejando atrás antiguos eremitorios rupestres, hasta tener ya a la vista el Ebro en el fondo del desfiladero. Las vistas increíbles aquí debido a la fuerza del Ebro para abrir otra de sus gargantas que junto a la de los Hocinos y Sobrón ha desgastado para salir de las últimas estribaciones de las sierras cántabras. En este desfiladero solo cabe una carretera encajada a la que iremos en su busca descendiendo. La verdad es que el transitar por esta carretera con bastante tráfico resulta peligroso y muy duro, ya que son cerca de las 2 de la tarde y hace un calor terrible, pero hay que aguantar 2 km hasta Trespaderne, el primer pueblo del valle de la Tobalina y primer municipio "civilizado" ya que cuenta con más de 1000 habitantes. Dejamos el puente de Valdecastro y el Ebro y nos dirigimos al precioso puente de piedra sobre el Nela.
No nos cuesta mucho encontrar el Hostal Jose Luis, nuestra "base" de hoy, dónde podemos comer y descansar a gusto que nos lo hemos merecido y por la tarde podemos visitar tranquilos el pueblo y sus puntos de interés: la iglesia parroquial de San Miguel, la plaza del ayuntamiento o la desembocadura del Nelo en el Ebro de alto valor ecológico, todo ésto con la impresionante vista de los murallones rocosos del desfiladero de la Horadada. Y eso es todo, mañana etapa más tranquila y llana

IMAGENES DE LA ETAPA